Conocida como la ciudad roja por ese característico tono de sus edificios, Marrakech es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. De hecho, es la ciudad más visitada, por lo que se ha convertido en una especie de emblema de toda la cultura y las costumbres del país marroquí. Puedes viajar desde Canarias en apenas dos horas de vuelo, con aperitivo gourmet y la comodidad de volar directo. A pesar de la corta distancia con Canarias, te encontrarás con un maravilloso paraíso que te sorprenderá. Para viajar con amigos, en pareja o, incluso, para escapadas cortas, se trata de un destino sorprendente.
Su mezquita Kutubia, su medina o las tumbas saadíes son algunos de los puntos que no te puedes perder en tu visita, apunta los planes que te recomiendo:
Callejear por sus rincones, en el Zoco y la Plaza Jmaa el Fna.
La ciudad se divide en dos, la Medina, que es la ciudad antigua y está separada por una muralla y por la cual se puede acceder a través de las más de 70 puertas que posee. Y la ciudad nueva que está ubicada fuera de la muralla. Estos dos lugares se rigen por normativa diferente, y sus edificaciones varían mucho, es de obligado cumplimiento que estén pintados de rojo ocre, que es el color determinante de la tierra, para mantener un tono visual parecido. La Medina, está llena de antiguos palacios, mezquitas y plazas. Dentro de la Medina, te recomiendo pasear por el Zoco y la plaza. Te encontrarás infinitos rincones y puestos donde podrás comprar, mirar, comparar, regatear, oler y comprar especias, objetos de decoración como las famosas lámparas, su piel es una de las mejores del mundo, y por supuesto comer en sus puestos y vivir la auténtica esencia marroquí.
Mezquita y Madrasa Ben Youssef.
Este lugar impresiona, a la entrada es un pasillo no muy grande pero al pasar el portón, descubres un lugar único y lleno de vida. Tiene decoración en madera tallada, azulejos y un estanque que lo preside, alrededor del patio se encuentran habitaciones que eran para estudiantes y una cúpula enorme que está actualmente en reformas. Mezquita Kutubía es, sin duda, la construcción más imponente de toda la ciudad. Su minarete, de más de 70 metros (aguja incluida) reina sobre los cielos de la ciudad desde hace casi 900 años. Como en el caso de la mayoría de mezquitas, no es posible visitar su interior para aquellos que no sean musulmanes.
Palacio El Badi
Sin duda la gran sorpresa de esta visita a Marrakech, lo que parece ser un lugar no muy amplio, y donde la primera indicación te invita a bajar hacia una parte bastante estrecha por unas escaleras, te encuentras una serie de pasillos en lo bajo de unas ruinas, y al salir al exterior te recibe un lugar lleno de piezas azuladas en el suelo, de colores muy llamativos, como si fueran habitaciones al exterior, un gusto para la vista, y un lugar muy instagrameable. Si seguimos caminando subimos hacia unos jardines de limoneros y naranjos, unas piscinas y las habitaciones que están ocupadas por obras de arte y fotografías.
Le jardín Majorelle
Se construyó en los años 20 para, más tarde, en los años setenta, el diseñador Yves Saint Laurent hacerlo como su propiedad, actualmente está al lado de dicho museo. Te recomiendo comprar la entrada antes de ir, así ahorrarás colas, que son interminables. Un lugar parecido a un oasis, lleno de colores, de estanques, de bancos, fuentes y piedras, de muchas especies de plantas, un estilo a lo Yves Saint Laurent, lujoso, lleno de plantas y colores intensos como el azul.
Le Jardin Secret
Se encuentra dentro de una calle muy estrecha, este jardín secreto como su nombre indica, es un pequeño oasis dentro de la ciudad, posee varios estanques con peces y tortugas, y unos pasillos donde se cruzan en una pérgola, que puede verse a vista de pájaro desde la parte superior donde se encuentra una cafetería, todo esto adornado ya con los clásicos azulejos de color, predomina la gama de azules y verdes.
Dormir en un riad
Hay múltiples hoteles y alojamientos en Marrakech, pero sin duda, si quieres vivir la experiencia auténtica, te recomiendo hospedarte en un Riad. Hay multitud de opciones y precios para disfrutar de esta tipología de alojamiento que consiste en una casa tradicional árabe con patio interior alrededor del cual se organizan los diferentes salones y habitaciones.
Disfruta de los Rooftop
Como su nombre indica, se trata de restaurantes y cafeterías con terraza en lo alto para ver la ciudad desde arriba, mientras tomas un té marroquí o disfrutas de cualquier plato típico, te recomiendo
Paseo por el barrio de Gueliz
El barrio de Gueliz es el más occidentalizado de la capital marroquí, lugar donde reside gran parte de la población extranjera de la ciudad. En las avenidas Mohammed V y Mohammed VI encontrarás gran cantidad de reconocidas marcas y restaurantes que no conseguirás encontrar en ninguna otra parte de la ciudad.
Ya a las afueras de Marrakech tienes multitud de excursiones; las cascadas del Ouzoud, las cataratas más grandes e impresionantes del norte de África; Essaouira, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001 y tradicionalmente ha recibido nombres como La perla del Atlántico o La Bella Durmiente; Valle del Ourika o visitar el desierto. Como ves, Marrakech es un lugar que hay que vivir en calma, sintiendo cada paso, sin prisa pero sin pausa, es un país amable y lleno de miradas curiosas donde te ofrecen y te invitan a pasar a ver cada uno de sus rincones. Sin duda, una escapada sorprendente que podrás hacer desde Canarias gracias a las dos conexiones semanales de Binter. ¡No te lo pierdas!