La Notre-Dame de Marsella, o más correctamente, la Basílica de Notre-Dame de la Garde, es visible desde casi cualquier rincón de esta ciudad francesa. Elevada en lo alto de una colina, es algo así como el faro de la vida marsellesa y de los marineros que llegan a este puerto. De ahí que no sea extraño su nombre, traducido como Nuestra Señora de la Guardia.
El invierno, a pesar del frio, es la estación perfecta para realizar una escapada. Las ciudades se visten de colores, mercados navideños y en algunos afortunados casos, de nieve. ¿Te animas a hacer un espada invernal en algunos de nuestros destinos europeos?
La ciudad francesa de Marsella suele ser una gran desconocida para la mayoría de los turistas españoles, pese a encontrarse en la siempre encantadora Costa Azul francesa. Su posición estratégica entre España e Italia en la costa mediterránea la han convertido en un enclave fundamental para los diferentes imperios que han dominado el continente a lo largo de la historia.
La Costa Azul, también denominada Riviera Francesa, constituye una de las zonas mediterráneas más bellas del territorio francés. Aunque es maravilloso conocerla durante cualquier época del año, en la temporada más cálida, puedes aprovechar el buen tiempo para disfrutar intensamente de sus paisajes, sus playas y todo tipo de actividades al aire libre.