Acabado el invierno, es el momento perfecto para volver al origen, a la vida sencilla del campo y la naturaleza. El puente de mayo es una época ideal para una escapada de turismo rural en Navarra. A continuación, te sugerimos algunas de las propuestas más interesantes para disfrutarla.
Vivir el renacer de la naturaleza
En primavera, los paisajes navarros vuelven a despertar y recuperar todo su esplendor. Los bosques, las gargantas, los valles, parece que todo está ahí para que te lo tomes con más calma y puedas respirar por fin profundamente.
A poco más de una hora desde Pamplona, en el Pirineo navarro oriental, puedes llegar a la selva de Irati, uno de los mayores hayedos primarios de Europa. Es un privilegio perderse por sus recovecos, encontrarse con su fauna, respirar el profundo aroma del bosque y empaparse de él. Vías verdes y senderos lo recorren para hacer la visita más fácil y respetuosa con la naturaleza.
También en el Pirineo podrás recorrer una vía verde en la foz de Lumbier, una garganta excavada por el río Irati durante millones de años. Aquí las aguas límpidas del río y el paisaje escarpado son el hábitat de una colonia de buitres leonados. En el Centro de Interpretación de las Foces de Lumbier te darán consejos sobre cómo observar estas aves.
Reencontrarse con tradiciones ancestrales
El valle de Roncal es perfecto si buscas esa conexión con la tradición y la calma de la vida rural. No solo su naturaleza es espectacular, también es un Destino Turístico Starlight, es decir, un lugar ideal para observar las estrellas por su baja contaminación lumínica.
Sus siete pueblos son de visita obligatoria para entender la cultura y la tradición del Pirineo navarro. Empezando por Burgui, la puerta de entrada al valle. Aquí, podrás aprender todo sobre los oficios tradicionales pirenaicos y disfrutar de la celebración del Día de la Almadía, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. En el Centro de Interpretación de la Naturaleza en Roncal podrás conseguir toda la información necesaria para no perderte nada de la zona.
Más allá de esto, sin duda, el pueblo más pintoresco de todos es Isaba, con sus estrechas calles empedradas, su iglesia-fortaleza y sus casas señoriales de piedra y madera.
Volver a los sentidos
Si hay algo por lo que Navarra es famosa es por su magnífica gastronomía.
En muchos alojamientos rurales no solo podrás degustar los famosos quesos de Roncal o vinos navarros, también te ofrecerán actividades de agroturismo con las que podrás aprender de primera mano estas elaboraciones artesanas, los trabajos del campo e incluso el arte de la apicultura. Trabajar con nuestras manos haciendo nuestro propio queso o dar de comer a los animales de la granja es una manera de volver a conectar con nuestra esencia y disfrutar de los productos tradicionales a otro nivel.
Pero esta tierra no se acaba aquí, por supuesto. Hay muchísimos otros aspectos de interés, pero esperamos que nuestra pequeña selección de ideas sea la chispa que encienda tus ganas de conocer mejor este bello rincón del mundo, y que la tengas en cuenta al planear tu próxima escapada de turismo rural en Navarra.