Ya te contamos qué hacer en Dakar, pero hoy le toca el turno a Casamance, la región más meridional de Senegal, es un destino que te atrapa con su mezcla de selvas frondosas, playas vírgenes y una cultura tan rica que se siente en cada rincón. Separada del norte por Gambia, esta tierra tropical ofrece una experiencia diferente al bullicio de Dakar: aquí el tiempo parece ir más despacio, las sonrisas son más cálidas y la naturaleza te envuelve como en pocos lugares. Si tienes una semana para explorarla, te propongo un itinerario que combina lo mejor de sus paisajes, su gente y sus sabores. Prepárate para descubrir por qué Casamance es el secreto mejor guardado de África Occidental.

Día 1: Llegada a Ziguinchor, el Corazón de Casamance
Tu aventura empieza en Ziguinchor, la capital regional, accesible desde Dakar en el ferry nocturno Aline Sitoé Diatta (28.000 CFA, unos 42 euros). Dedica el día a conocer la ciudad: pasea por las calles sombreadas por flamboyanes y visita el Mercado de Saint-Maur-des-Fossés, donde los puestos rebosan de mangos, pescado seco y telas wax de colores vivos. Regatea por un paño para llevarte un recuerdo (unos 5.000 CFA, 7,5 euros) y prueba un bocadillo de pain tapalapa con pescado frito en un puesto callejero por 500 CFA (0,75 euros).
Al atardecer, camina hasta el muelle del río Casamance y siéntate en Le Kassa, un bar con mesas al aire libre. Pide un jugo de bouye (fruta del baobab) o una cerveza Gazelle bien fría (1.500 CFA, 2 euros) de origen senegalés mientras ves las piraguas deslizarse por el agua al son del sol poniéndose. Es el prólogo perfecto para tu semana.
Día 2: Navegando los Manglares y la Isla de Carabane
Hoy toca naturaleza. Desde Ziguinchor, contrata una excursión en piragua por los bolongs, los canales salados que serpentean entre los manglares del río Casamance (10.000 CFA por persona, unos 15 euros, con guía). Sal temprano para evitar el calor y disfruta de un paseo de 2-3 horas entre raíces aéreas y aves como martines pescadores y pelícanos. Si tienes suerte, podrías ver delfines o un manatí asomando entre las aguas tranquilas.
Luego, sigue hasta la Isla de Carabane, a una hora en barco desde Ziguinchor (unos 5.000 CFA ida y vuelta, 7,5 euros). Esta isla sin coches es un remanso de paz: camina entre ruinas coloniales portuguesas, como la iglesia de 1885, y relájate en su playa de arena blanca rodeada de palmeras. Compra una pulsera de conchas a los artesanos locales (2.000 CFA, 3 euros) y prueba el vino de palma fresco que venden en pequeñas chozas por 500 CFA el vaso. Regresa a Ziguinchor al caer la tarde.
Día 3-4: Cap Skirring, el Paraíso Playero
Dirígete a Cap Skirring, a 70 km de Ziguinchor (taxi compartido por 2.500 CFA, 4 euros, o privado por 15.000 CFA, 23 euros). Este balneario costero es famoso por sus playas interminables, ideales para desconectar. Pasa el día 3 nadando, tomando el sol o leyendo bajo un cocotero. Si te animas, alquila una tabla de surf por 10.000 CFA (15 euros) la hora: las olas son perfectas para principiantes.
El día 4, explora más allá de la playa. Visita el pueblo de Diembering, a 10 km, donde las casas diola de adobe y los baobabs gigantes te trasladan a otra época. Prueba un plato de caldou (pescado con limón y arroz) en un comedor local por 3.000 CFA (4,5 euros) y camina hasta la laguna cercana para ver flamencos rosados al atardecer. Es un contraste perfecto entre playa y vida rural.

Día 5: Oussouye y la Cultura Diola
A 40 km de Ziguinchor, Oussouye es el alma cultural de Casamance. Llega en taxi compartido (1.500 CFA, 2 euros) y visita una casa impluvium en el pueblo de Mlomp, como el Museo al Aire Libre (1.000 CFA, 1,5 euros). Estas casas redondas con techos cóncavos recogen agua de lluvia y son un ingenio arquitectónico diola. Habla con los locales: son amables y a menudo te invitan a probar attaya (té senegalés) mientras cuentan historias del rey de Oussouye, una figura tradicional aún vigente.
Por la tarde, pasea por el bosque sagrado de Oussouye, un lugar de rituales animistas donde el silencio solo se rompe por el canto de los pájaros. Regresa a Ziguinchor para pasar la noche.
Día 6: Kafountine y la Vida Pesquera
Kafountine, a 60 km de Ziguinchor, es un pueblo pesquero vibrante. Llega en minibús (2.000 CFA, 3 euros) y observa cómo las piraguas multicolores descargan pescado fresco en la playa al amanecer. Alquila una bici (5.000 CFA/día, 7,5 euros) para recorrer la costa y parar en playas tranquilas como Abéné, donde los tambores resuenan al atardecer gracias a los músicos locales. Come gambas a la brasa en un chiringuito por 4.000 CFA (6 euros) y, si te coincide, únete a un taller de percusión (10.000 CFA, 15 euros) para aprender ritmos diola.

Día 7: Relax y Regreso
Dedica tu último día a descansar en Ziguinchor. Visita el Alliance Française para ver una exposición local o comprar artesanías en el Centro de Artesanos (una escultura de madera cuesta unos 15.000 CFA, 23 euros). Disfruta de un thiéboudienne (plato nacional de pescado y arroz) en Le Rônier por 5.000 CFA (7,5 euros) y despídete del río desde el muelle. Y nos toca ya volver de regreso a Dakar con la maleta llena de recuerdos.
Si te ha interesado este plan que te hemos expuesto, no lo dudes y anímate a descubrir un paraíso que está muy cerca de ti a tan solo un avión. No te lo pienses más y compra tu billete de vuelo directo a Darkar.