La ciudad de Toulouse cuenta con una ubicación estratégica para emprender excursiones por los alrededores. Y en esos alrededores, uno de los lugares que hay que ver sí o sí es el maravilloso pueblo medieval de Carcassonne, o Carcasona —en español—. Es por ello por lo que hoy te descubrimos qué ver en Carcassonne si te animas a coger uno de nuestros numerosos vuelos a Toulouse, el aeropuerto más cercano.
Poco más de una hora de carretera separa la ciudad de Toulouse de esta bellísima ciudad del Medievo. Y es que Carcasona es un conjunto histórico en el que parece haberse detenido el tiempo y donde los visitantes podrán sentirse como en la época de los caballeros, las damas y los bellos castillos de la Edad Media.
Qué hacer en Carcasonne
La visita a Carcasona comienza incluso antes de llegar. Desde la lejanía, el conjunto patrimonial ofrece una vista increíble. Se trata de una fortaleza amurallada perfecta y, por supuesto, de lo más fotogénica. Te aseguramos que las fotos para el recuerdo valdrán la pena. También desde lejos se comprende que lo que hay que ver en Carcassonne se divide en dos partes bien diferenciadas.
Por un lado, la parte baja de la ciudad, la llamada Bastida de San Luis, la parte nueva de la urbe, que también tiene cosas muy interesantes de ver, aunque queden un poco ensombrecidas por la majestuosidad de la ciudadela superior y el castillo medieval de Carcassone. No obstante, aquí les hemos preparado un listado de cosas que ver en Carcasona en un día que incluye lugares de ambas zonas, la alta y la baja.
Para empezar, podemos decir que lo primero que tendrías que hacer en Carcassonne es visitar la citada Bastida, ya que será donde dejen aparcado su vehículo en tanto que en el interior de la Ciudadela el tráfico está restringido a los residentes. Igualmente, quien haga la excursión desde Toulouse en tren, llegará hasta la estación ferroviaria situada en esta parte baja.
Bastida de San Luis (Carcassonne)
Es verdad que la mayoría de los visitantes están ansiosos de subir a la Ciudadela y maravillarse con todos los edificios medievales que hay que ver en Carcassone. Sin embargo, antes de eso, merece la pena darse un paseo por la Bastida de San Luis, la cual pese a su apelativo de ciudad nueva es bastante antigua. Y es que se originó durante el reinado de Luis IX, allá por el siglo XIII.
Allí hay que admirar los palacetes en torno a su calle principal, la rue Clemenceau. Así como hay que visitar las iglesias de Saint-Vicent o la Catedral de Saint-Michel. Sin olvidar un paseo por el Canal du Midi, una infraestructura hidráulica que recorre el sur de Francia y que está declarada Patrimonio de la Humanidad.
Ciudadela de Carcasona
Tras un paseo por la Bastida, llegarás a lo más esperado de tu excursión, la visita a la Ciudadela, una construcción de película, ¡literalmente! Son muchas las grabaciones que se han hecho en este entorno, algunas tan famosas como el Robin Hood de Kevin Costner. De hecho, este lugar es uno de los más visitados del país galo.
Y esa fama es gracias a su excelente estado de conservación, que debe gran parte de culpa a la profunda restauración y reconstrucción que se lleva a cabo en el siglo XIX. Fue entonces cuando se recuperó toda la fortaleza, sus murallas y sus decenas de torres cercando el conjunto. Atravesar esas puertas, sobre todo la de Narbona, es una de las cosas que hay que hacer en Carcassonne, ya que es como adentrarse en la historia.
Una vez que se camina por la ciudadela, se descubre un laberinto de callejas y plazas con las dimensiones que tenía todo. Un conjunto fantásticamente cuidado, con un sinfín de casas transformadas en negocios turísticos ambientados en la Edad Media: desde restaurantes y hoteles hasta exposiciones como las dedicadas a los instrumentos de tortura o la herejía cátara que tan importante fue en la historia de este monumento.
Y en el corazón de la fortaleza está el Castillo Condal. El cual, junto a la vecina Basílica de Saint-Nazaire, son las grandes joyas del patrimonio de esta ciudad y desde luego que son las cosas que hay que ver en Carcassonne de una forma casi obligada.
Si bien el mayor encanto de este lugar es caminar por su entramado histórico, dejarse atrapar por el sabor del pasado y hacer un sinfín de fotos. Sin embargo, antes de terminar itinerario, recuerda que esta excursión de un día desde Toulouse no estará completa si no pruebas una sabrosa cassoulet, un rico plato típico a base de alubias y carne, ideal para el frío en los meses invernales. Sin duda, ese es el mejor sabor que cualquiera se puede llevar tras una intensa visita a uno de los lugares más mágicos de Europa.
Anímate a descubrir la bonita ciudad rosa de Toulouse y dedica un día para conocer sus alrededores y acercarte hasta Carcasona en un paseo por el tiempo que te enamorará.