Valladolid, la histórica capital de Castilla y León, es mucho más que una parada en el camino hacia destinos más conocidos. Esta ciudad, bañada por el río Pisuerga, guarda secretos y anécdotas que sorprenden incluso a los viajeros más experimentados. Si estás planeando tu próximo vuelo con Binter, te invitamos a descubrir el lado oculto de Valladolid con este recorrido por curiosidades poco conocidas que harán que veas esta joya castellana con otros ojos. Desde su pasado como capital de España hasta rincones que escapan a las guías turísticas, aquí tienes un itinerario lleno de historia, cultura y sorpresas para tu escapada.

1. Valladolid, la capital efímera de España
Poca gente sabe que Valladolid fue capital de España no una, sino dos veces en su historia. La primera, entre 1601 y 1606, bajo el reinado de Felipe III, cuando la corte se trasladó desde Madrid por decisión del Duque de Lerma, su valido. Durante esos cinco años, la ciudad vivió un auge cultural y económico, con personajes como Cervantes y Quevedo paseando por sus calles. Sin embargo, el retorno a Madrid dejó a Valladolid con un sabor agridulce. Antes, en el siglo XVI, también había sido sede temporal de la corte de Carlos I. Este pasado regio se respira aún en lugares como el Palacio de Pimentel, donde nació Felipe II en 1527, hoy sede de la Diputación Provincial y un punto que merece una visita.
2. El misterio de la Catedral inconclusa
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, conocida como “La Inconclusa”, es uno de los monumentos más emblemáticos de Valladolid, pero pocos conocen la historia detrás de su estado inacabado. Diseñada por Juan de Herrera, el arquitecto de El Escorial, se planeó como la catedral más grande de Europa. Sin embargo, problemas financieros y el traslado de la capital a Madrid en 1606 paralizaron su construcción. Hoy, solo se levantó una de las cuatro torres previstas, y su interior alberga el Museo Diocesano, con obras como el retablo de Juan de Juní. Subir a la torre, abierta al público, te regala vistas espectaculares y un vistazo a este sueño arquitectónico frustrado.
3. El escudo de piedra más grande del mundo
En la Iglesia de la Magdalena, cerca del Museo Casa de Colón, se encuentra una curiosidad única: el escudo heráldico en piedra más grande del mundo. Este impresionante relieve renacentista, tallado entre 1538 y 1570, pertenece a la familia Polanco y mide más de 10 metros de altura. Aunque pasa desapercibido para muchos turistas, su tamaño y detalle lo convierten en un tesoro oculto. Aprovecha tu visita para explorar también el museo dedicado a Cristóbal Colón, quien murió en Valladolid en 1506, y descubrir cómo esta ciudad marcó el final de su vida.
4. Un río con tres ramales olvidados
Todo el mundo sabe que “el Pisuerga pasa por Valladolid”, pero pocos conocen la historia del río Esgueva, un afluente que tuvo tres ramales cruzando la ciudad hasta el siglo XIX. Estos brazos, que causaban inundaciones y problemas de salubridad, fueron soterrados y desviados entre los siglos XIX y XX. Hoy, su antiguo cauce está señalado en calles como Santiago, y restos de su paso se conservan en la Oficina de Turismo de San Benito. Una investigación reciente descubrió el tercer ramal, cerca de la Avenida de Palencia, añadiendo un capítulo más a esta historia acuática olvidada.
5. La Plaza Mayor que inspiró a España
La Plaza Mayor de Valladolid no solo es una de las más grandes de su categoría en el mundo, sino también un modelo que influyó en otras ciudades españolas, como Madrid y Salamanca. Construida tras un incendio en 1561 bajo la dirección de Francisco de Salamanca, fue la primera plaza mayor porticada de España, con 110 columnas de piedra. Pero aquí va una curiosidad: una de esas columnas es falsa. En la esquina noroeste, cerca de la calle Correos, hay un pilar que en realidad es de madera pintada para parecer piedra, un truco ingenioso que pocos notan. Siéntate en una terraza y busca este detalle mientras disfrutas de un café.
6. El osario de Wamba, un pueblo único
A unos 20 km de Valladolid, el pueblo de Wamba guarda un secreto escalofriante. Es el único municipio de España cuyo nombre empieza por “W”, gracias al rey visigodo Wamba, coronado allí en el siglo VII. Pero su mayor atractivo es el osario de la Iglesia de Santa María, con más de 3.000 calaveras y huesos apilados de los siglos XIII al XVII. Este macabro tesoro, accesible al público, es un recordatorio de la mortalidad y una rareza que no encontrarás en otro lugar. Combina tu visita con un paseo por este tranquilo pueblo medieval, perfecto para una excursión de medio día.
7. La primera universidad femenina de España
El Colegio de Santa Cruz, fundado en 1479 por el Cardenal Mendoza, es una joya renacentista y la segunda institución universitaria de España tras Salamanca. Pero lo que no todo el mundo sabe es que, en el siglo XX, se convirtió en la primera universidad femenina del país al acoger a las primeras estudiantes de la Universidad de Valladolid. Su fachada plateresca y su patio interior son un deleite visual, y hoy alberga la Biblioteca Histórica de la universidad. Es un rincón poco visitado que respira historia y empoderamiento.
8. El león que no debes contar
En la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid, un edificio renacentista del siglo XVIII, hay una leyenda curiosa. La entrada está flanqueada por estatuas de leones, y los estudiantes evitan contarlos. Según la tradición, quien lo haga no terminará su carrera. Esta superstición, que pervive entre los universitarios, añade un toque de misterio a uno de los campus más antiguos de España, fundado en 1241. Si pasas por allí, admira la arquitectura, pero deja el conteo para otro día.
9. Un pasaje comercial único en España
El Pasaje Gutiérrez, en el centro de Valladolid, es uno de los pocos pasajes comerciales cubiertos que quedan en España. Construido en 1886, este pasillo de estilo parisino conecta la calle Falla con la Plaza de España. Sus vidrieras, su suelo de mosaico y las pinturas mitológicas de Salvador Seijas en el techo lo convierten en un lugar mágico. Aunque hoy alberga tiendas y bares, su ambiente decimonónico te transporta a otra era. Es perfecto para un descanso durante tu paseo por el casco histórico.
10. El café donde se reunían los genios
Valladolid tuvo más de 50 cafés históricos entre los siglos XIX y XX, pero el Café Español, en la calle Santiago, fue un punto de encuentro para intelectuales como Miguel Delibes y José Zorrilla. Aunque ya no existe, su legado vive en la tradición cafetera de la ciudad. Hoy, puedes revivir esa atmósfera en lugares como el Café Beluga, un rincón con encanto cerca de la Plaza Mayor, donde el aroma del café se mezcla con el bullicio local. Es un detalle que conecta el pasado literario de Valladolid con su presente.
11. La playa fluvial del Pisuerga
Sí, Valladolid tiene playa. La Playa de las Moreras, junto al río Pisuerga, es un secreto bien guardado para los turistas. Equipada con duchas, baños y un bar, esta playa fluvial es un oasis en verano, cuando los madrileños buscan refrescarse sin salir de la ciudad. Pasear por sus riberas o alquilar una piragua te dará una perspectiva diferente de Valladolid, lejos de los monumentos de piedra.
12. El castillo más antiguo de la provincia
A 50 km de Valladolid, en Curiel de Duero, se alza el castillo más antiguo de la provincia, con más de 1.000 años de historia. Construido en el siglo X, esta fortaleza en lo alto de una colina es hoy un hotel, pero su muralla y torreón evocan su pasado medieval. A pocos kilómetros, el Castillo de Peñafiel, más famoso, alberga el Museo del Vino, pero Curiel ofrece una experiencia más íntima y menos concurrida, ideal para los amantes de la historia.
13. La ciudad mejor iluminada del mundo
En 2011, Valladolid ganó el premio a la ciudad mejor iluminada del mundo en el concurso “City People Light” en Suecia. Su proyecto “Ríos de Luz” destaca monumentos como la Academia de Caballería y el Museo Nacional de Escultura con una iluminación artística que realza su belleza nocturna. Un paseo al anochecer por esta ruta te mostrará por qué Valladolid brilla con luz propia.
14. El dulce con 500 años de historia
Los mantecados de Portillo, a 25 km de Valladolid, son un tesoro gastronómico con más de cinco siglos de tradición. Conocidos como “zapatillas” por su forma, estos dulces de manteca y azúcar son un secreto local que puedes probar en tu viaje. Combínalos con un vino de la Ribera del Duero para una experiencia 100% vallisoletana.
15. El ángel caído del Retiro
En el Parque del Campo Grande, el pulmón verde de Valladolid, hay una réplica de la estatua del Ángel Caído, similar a la famosa del Retiro madrileño. Aunque menos conocida, esta escultura añade un toque intrigante a un parque lleno de fuentes, pavos reales y rincones para descansar tras un día explorando.
Por qué descubrir el Valladolid oculto
Estas curiosidades son solo la punta del iceberg de lo que Valladolid tiene para ofrecer. Desde su pasado como epicentro político y cultural hasta sus rincones menos transitados, esta ciudad combina historia, gastronomía y una atmósfera acogedora que no te dejará indiferente. Al reservar tu vuelo con Binter, no solo llegas a un destino: te sumerges en un viaje lleno de sorpresas.
Valladolid te espera con secretos por desvelar
Ya sea que te intrigue la catedral inacabada, el osario de Wamba o el escudo gigante de la Iglesia de la Magdalena, Valladolid es un destino que premia a los curiosos. Aterriza con nosotros y descubre una ciudad que va más allá de lo evidente, con historias que no encontrarás en cualquier guía. Reserva tu billete hoy y prepárate para explorar el Valladolid más desconocido, un lugar donde cada calle guarda un relato por contar.