Zaragoza es una ciudad ideal para los enamorados. Si quieres sorprender a tu pareja con un San Valentín inolvidable, regálale una escapada a la capital de Aragón y planea un recorrido romántico para conocer a fondo la ciudad.
Un San Valentín mágico en la capital del Ebro
El punto de partida ideal para comenzar este paseo de enamorados es el puente de Piedra, en cuyos extremos encontrarás sendos imponentes leones. Tras recorrerlo para tomar una magnífica fotografía de la basílica del Pilar a orillas del Ebro, el destino debería ser el edificio renacentista de La Lonja, cuyo interior con bóvedas estrelladas es maravilloso.
A continuación, pueden caminar hasta la catedral de La Seo y, seguidamente, a uno de los templos de peregrinación mariana más importantes del mundo: la basílica del Pilar. La Pilarica, patrona de la ciudad y devotamente adorada por los maños, bendecirá vuestro amor con un manto de alegría.
A continuación, es una buena idea tomar un refresco o un aperitivo en los veladores que circundan esta plaza de las catedrales. Después, tras compartir un momento de intimidad con tu pareja, la fuente de la Hispanidad será el destino. Allí te sugerimos tomar un par de selfies en pareja: uno en la cascada y otro en la bola del mundo anexa.
Detrás de este espectacular monumento se localiza la muralla romana, que indica hasta dónde llegaba la antigua ciudad de Caesaraugusta. Muy cerca se encuentra el Mercado Central, en plena renovación. Callejeando por el casco histórico, podrás conducir a tu pareja hasta el museo Pablo Gargallo, ubicado en la calle San Felipe. Este escultor aragonés está considerado uno de los más influyentes de la vanguardia no solo española, sino también internacional.
Aquello de “contigo, pan y cebolla” está muy bien cuando se está enamorado. Pero no hay razón alguna para aplicarlo en Zaragoza, una ciudad cuya gastronomía es maravillosa. El Tubo, una de las zonas de tapeo legendarias de la ciudad del Ebro, se encuentra muy cerca y es un lugar incomparable para compartir un tentempié en pareja.
Algunos planes vespertinos
Por la tarde, les planteamos dos alternativas igual de apetecibles. La primera es dirigirse hacia la calle Don Jaime, para admirar la torre mudéjar de la iglesia de San Gil antes de acudir al espectacular museo del Teatro Romano. Este espacio, perfectamente acondicionado, cuenta con una agradable cafetería donde les animamos a tomar un café frente a las cristaleras que muestran el interior del antiguo teatro.
El barrio de La Magdalena, con su templo fabuloso, y el arco del Dean completan este paseo, que podrían terminar en el mismo puente de Piedra inicial, esta vez, al atardecer, cuando todavía resulta más bonito.
Un plan alternativo es ir en tranvía hasta el parque José Antonio Labordeta, subir al mirador del Cabezo de Buenavista para admirar la escultura de Alfonso I el Batallador y las preciosas vistas de la ciudad, tomar algo en sus veladores y aguardar el espectáculo de luz y sonido de la fuente central.
Suena genial, ¿verdad? No lo dudes más y sorprende a tu pareja con un día de los enamorados único en Zaragoza. ¡Y feliz día de San Valentín!