Murcia es uno de esos destinos que te sorprenden cuando menos te lo esperas. A menudo eclipsada por otros lugares más turísticos de España, esta región del sureste tiene un encanto especial que combina historia, naturaleza, playas espectaculares y una gastronomía que te hará salivar solo de pensarlo. Si estás planeando un viaje de una semana, estás en el lugar correcto. Después de haber recorrido sus rincones varias veces, te traigo una guía completa con todo lo que hay que ver en Murcia, qué hacer y qué pueblos y ciudades visitar para que aproveches al máximo tu escapada. Desde la vibrante capital hasta los pueblos más encantadores del interior, pasando por la Costa Cálida, aquí tienes un itinerario para siete días que te enamorará.

Día 1: Murcia Capital, el Corazón de la Región
Tu aventura empieza en Murcia capital, una ciudad que mezcla lo antiguo y lo nuevo con una naturalidad que engancha. Al llegar, te recomiendo instalarte en el centro, cerca de la Plaza del Cardenal Belluga, donde la imponente Catedral de Santa María te da la bienvenida. Este templo barroco es una maravilla: su fachada parece un retablo tallado en piedra y la torre, con casi 100 metros, es la segunda más alta de España tras la Giralda de Sevilla. Si puedes, sube a ella (hay visitas guiadas desde el museo de la catedral) para disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad y la huerta murciana.
Después de la catedral, pasea por el Casco Antiguo. Las calles como la Trapería y la Platería están llenas de vida, tiendas locales y bares donde probar una "marinera" (una rosquilla con ensaladilla y anchoa) con una cerveza bien fría. Para comer, busca un sitio como Los Navarros, un clásico con platos de la huerta como el zarangollo o el arroz con conejo. Por la tarde, visita el Real Casino de Murcia, un edificio histórico que parece un palacio: su patio árabe y los salones te transportan a otra época.
Termina el día dando un paseo por el Malecón, un jardín del siglo XVIII junto al río Segura. Si coincide con la primavera o el Bando de la Huerta (el martes después de Semana Santa), verás la ciudad en plena fiesta, con desfiles y barracas donde la comida típica no para de salir.

Día 2: Cartagena, Historia Viva en la Costa
A unos 50 minutos en coche desde Murcia capital está Cartagena, una ciudad con más de 2500 años de historia que no te puedes perder. Empieza por el Teatro Romano, una joya del siglo I a.C. descubierta hace apenas unas décadas. El museo adjunto, diseñado por Rafael Moneo, te cuenta cómo era la vida aquí en tiempos de Augusto. Desde ahí, sube al Castillo de la Concepción, en el Cerro de la Concepción, para unas vistas espectaculares de la bahía.
El Casco Histórico de Cartagena tiene un encanto especial con sus edificios modernistas y calles estrechas. No te pierdas la Calle Mayor, perfecta para un café o una tapa, y el Barrio del Foro Romano, donde puedes ver restos de termas y calles empedradas. Para comer, prueba el caldero, un arroz con pescado típico de la zona, en sitios como La Tartana.
Por la tarde, acércate al Puerto de Cartagena y, si te animas, haz una excursión en barco a la cercana Isla del Barón o al faro de Cabo de Palos, a unos 30 minutos en coche. Este pueblo pesquero es famoso por su reserva marina, ideal para bucear o simplemente disfrutar de un atardecer junto al mar.
Día 3: La Manga y el Mar Menor, un Paraíso entre Dos Mares
El tercer día toca relax y paisaje en La Manga del Mar Menor, a una hora de Murcia capital. Este estrecho brazo de tierra separa el Mar Menor, una laguna salada perfecta para nadar por sus aguas tranquilas, del Mediterráneo abierto. Alquila una bici o camina por el Paseo de la Barra en Cabo de Palos y luego baja a alguna playa del Mar Menor, como Playa Honda o Los Alcázares. Si prefieres el lado salvaje, las playas mediterráneas como Calblanque (un parque natural a 20 minutos) son de otro mundo: arena dorada, acantilados y cero aglomeraciones.
Para comer, busca un chiringuito y pide unas gambas rojas o un pescado a la sal. Por la tarde, visita las Salinas de San Pedro del Pinatar, al norte del Mar Menor. Las pasarelas de madera te llevan entre lagunas rosadas donde, con suerte, verás flamencos. Y si te atreves, date un baño de lodo en Los Barros: es gratuito, natural y dicen que rejuvenece la piel (aunque el olor no es precisamente a rosas).

Día 4: Caravaca de la Cruz y el Interior Mágico
Hoy nos adentramos en el interior de Murcia rumbo a Caravaca de la Cruz, a una hora y cuarto de la capital. Esta ciudad santa (una de las cinco del mundo con jubileo perpetuo) está construida alrededor de su Basílica de la Vera Cruz, donde se guarda una reliquia de la cruz de Cristo. El castillo que la rodea ofrece vistas alucinantes del valle, y el casco antiguo, con calles como la Plaza del Arco, tiene un aire medieval que te envuelve.
A pocos kilómetros están las Fuentes del Marqués, un paraje natural con pozas y un torreón templario que parece sacado de un cuento. Lleva algo de picar y disfruta de un rato tranquilo junto al agua. Para comer, prueba el cordero segureño.
Si te queda tiempo, haz una parada en Calasparra, a 20 minutos de Caravaca. Este pueblo es famoso por su arroz (el único con Denominación de Origen en España) y el Santuario de la Virgen de la Esperanza, excavado en la roca junto al río Segura. Un arroz con conejo aquí es obligatorio.

Día 5: Lorca, la Ciudad del Sol
A una hora de Murcia capital, Lorca te recibe con su apodo de "Ciudad de los Cien Escudos" y un patrimonio que impresiona. El Castillo de Lorca, o Fortaleza del Sol, es el plato fuerte: una construcción medieval con torres y murallas que domina la ciudad. La visita guiada (reserva con antelación) incluye la Torre Alfonsina y vistas que quitan el hipo.
Baja al Casco Histórico y recorre la Plaza de España, rodeada por la Colegiata de San Patricio y el Ayuntamiento. Las casas-palacio, como el Palacio de Guevara, son un reflejo del esplendor barroco lorquino. Para comer, El Pósito ofrece platos tradicionales como las migas o el guiso de trigo.
Por la tarde, si buscas naturaleza, ve al Parque Regional de Sierra Espuña, a 40 minutos de Lorca. Sus senderos entre pinares y el mirador del Collado Bermejo son perfectos para desconectar. Si no, quédate en Lorca y visita el Museo Arqueológico para entender mejor su pasado.
Día 6: Costa Cálida: Mazarrón y Águilas
El penúltimo día lo dedicamos a la Costa Cálida, al suroeste de Murcia. Empieza en Puerto de Mazarrón, a una hora de la capital. Este pueblo pesquero tiene playas como la de Bolnuevo, famosa por las Gredas, formaciones rocosas esculpidas por el viento que parecen de otro planeta. Date un baño o haz una ruta corta por la costa hasta las calas vírgenes cercanas.
Para comer, busca un restaurante donde comer un pescado fresco porque no lo olvidarás. Luego, sigue hacia Águilas, a 40 minutos de Mazarrón. Esta ciudad costera tiene un castillo en lo alto del Cerro de las Águilas y playas como La Carolina o Calarreona, tranquilas y perfectas para relajarte. Si te gusta el turismo rural y el senderismo, la ruta al Pico del Águila te regala vistas al Mediterráneo y a las montañas. Aunque también tienes numerosos planes de aventura para hacer en Murcia.

Día 7: Cieza, Bullas y Despedida en la Naturaleza
Para cerrar la semana, exploramos dos pueblos del interior llenos de encanto. Cieza, a 40 minutos de Murcia capital, es famosa por su floración de melocotoneros en primavera (un espectáculo de rosas y blancos), pero cualquier época es buena para visitarla. El Cañón de Almadenes, junto al río Segura, ofrece rutas de senderismo y kayak entre paredes de roca y pozas cristalinas. Visita también la Cueva del Puerto, una maravilla subterránea.
Come arroz con conejo y los paparajotes (postre típico de hoja de limonero) si aún no los has probado ya porque son siempre un acierto. Luego, sigue a Bullas, a 30 minutos de Cieza, en plena Ruta del Vino. Haz una cata en la Bodega Monastrell y pasea por su casco antiguo, con la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario como joya.
Termina tu viaje en Murcia capital con una cena en Rincón de Pepe, un clásico con estrellas Michelin donde el sabor de la huerta y el mar se fusionan. Un broche perfecto para una semana inolvidable.
Qué Hacer en Murcia: Actividades para Todos los Gustos
Más allá de los destinos, Murcia ofrece planes para todos. Si te gusta la naturaleza, rutas como la del Valle de Ricote (entre Abarán y Archena) o el Parque Regional de Calblanque son imprescindibles. Para los amantes de la gastronomía, no te pierdas las tapas en Murcia capital (prueba los michirones o los caballitos) ni el vino de Jumilla o Yecla. Si buscas playa, la Costa Cálida tiene desde calas salvajes hasta arenales familiares. Y para cultura, los museos como el Salzillo en Murcia o el Arqueológico en Lorca son paradas obligadas.
Un consejo práctico antes de irte a Murcia con Binter es que aprendas estas expresiones de panocho para que no te pierdas nada de las conversaciones.
¿Cuándo es la mejor época para ir a la Región de Murcia?
Durante todo el año es la mejor época, pero te recomendamos la primavera y el otoño, ya que ambas estaciones son ideales por el clima suave. El verano es caluroso, pero perfecto para la playa.

¿Por qué Murcia merece una semana de tu vida?
Murcia no es solo un destino, es una experiencia. Su mezcla de historia milenaria, paisajes que cortan la respiración y una cocina que te hace suspirar la convierten en un lugar para volver una y otra vez. ¿A qué estás epserando para compra ya tus vuelos directos a Murcia con Binter?